La difícil situación económica por la que estamos atravesando, está provocando una serie de cambios a diferentes niveles que, en otras circunstancias hubieran sido impensables en la Europa del siglo XXI.
La necesidad impuesta por dicha situación, por la que diferentes organismos internacionales obligan a todos los países de nuestro entorno a poner en marcha políticas que consigan la reducción del déficit público y el saneamiento de las economías nacionales de cara a consolidar el organigrama político y administrativo que nos hemos dado llamado Unión Europea y darle estabilidad a nuestra moneda única, no significa que los gobiernos Nacionales de corte progresista tengan que modificar sus planteamientos prioritarios de atención a las capas sociales mas desfavorecidas.
En España, el Gobierno del PSOE se ha caracterizado por tener la valentía de enarbolar la bandera de lo Social dictando normas que han ido mas allá, normas que nunca antes, nadie se había atrevido a poner en funcionamiento; Lo Social ha sido una seña de identidad del Gobierno de Zapatero en los últimos años.
Pero las indefiniciones no son buenas para ningún gobernante, ni para ningún partido político y en estos momentos Zapatero, su Gobierno y la formación política que los sustenta no pasan por los mejores momentos.
Las encuestas que están aflorando en los últimos días en lo referente a la intención de voto de los Españoles ante las medidas del Gobierno de Zapatero respecto a la crisis, arrojan resultados desalentadores para los Socialistas; es difícil de entender y menos de aceptar que un Gobierno que ha atendido convenientemente a los sectores sociales mas necesitados realice un cambio tan profundo que venga a cargar el peso del esfuerzo social y económico en los débiles y no en los poderosos.
Los pensionistas y los empleados públicos no han sido los protagonistas de la situación económica que estamos padeciendo; por el contrario los poderes económicos y financieros si han tenido un papel protagonista en la génesis de dicha situación y sin embargo, aún estamos por ver cuál será su aportación para salir de este entuerto.
A menos de un año de los comicios electorales Municipales se habla de la intención de voto dejando entrever que los Socialistas no están en el mejor lugar de salida para disputar esta carrera que cuenta con demasiados obstáculos.
La intención de voto se configura a través de diferentes parámetros entre los que conviene destacar la CREDIBILIDAD, el LIDERAZGO y la CONFIANZA y José Luis Rodríguez Zapatero hoy no aprueba en estas tres materias. La ausencia de credibilidad provoca desconfianza y ello a su vez dilapida el liderazgo que antes pudiera existir.
El PSOE, no está haciendo bien las cosas; mantiene una potente maquinaria organizativa que está dirigida siempre por las mismas personas, algunas de las cuales, impiden que la voz de la militancia sea escuchada y atendida en su justa medida. Aunque sean otros tiempos, probablemente los viejos Socialistas (Pablo Iglesias Pose) a quienes se acude con frecuencia, no permitirían la existencia de un partido piramidal en el que la base no es escuchada por la cúpula, aunque el PSOE no se configure como un partido asambleario; son muy pocos los que mantienen e imponen su razón, aunque la mayoría opinen de otra forma; como dijera un líder socialista, el que se mueve no sale en la foto.
Así, en el ámbito estatal surgen nuevos liderazgos en detrimento de quien debiera ser líder indiscutible y de este modo Zapatero pierde fuelle en beneficio de Pepe Blanco, Alfredo Pérez Rubalcaba y otros. El propio Felipe González habla de la existencia de una depresión interna que rápidamente desmiente Zapatero. SI, el PSOE se encuentra sensiblemente deprimido ante la difícil situación actual. Del mismo modo Pepe Blanco admite sin trauma alguno y con humildad la exigencia Europea para que en España se pongan en marcha determinadas medidas y no pasa nada, pero una vez más el otrora humilde Zapatero sigue negando la realidad.
En Pozoblanco está ocurriendo prácticamente lo mismo ante la ruptura del PSOE provocada sin necesidad alguna y mientras más tiempo se tarde en reconocer los errores cometidos, más tiempo se pierde en recuperar una intención de voto favorable aumentando la INCREDULIDAD, DESCONFIANZA y ausencia de LIDERAZGO.
Es necesario aprender de los errores para poder restaurar la confianza y la credibilidad que provoquen la participación de nuevas persona que puedan defender un proyecto de ilusión y en nuestra zona se han cometido errores graves que deben ser corregidos cuanto antes.