domingo, 8 de enero de 2012

Alguna reflexión sobre el permanente proceso de REFORMA LABORAL

Fotografía de El País

La crisis económica, la destrucción de empleo, el abaratamiento de los despidos, la reinversión de los beneficios empresariales en las mismas empresas, las congelaciones salariales, las ampliaciones de jornadas laborales....
Todos son argumentos que se esgrimen ante la galopante crisis económica que azota al país, o a los ciudadanos mejor dicho. Son argumentos que, aunque ciertos, producen una situación de pasividad por parte de los ciudadanos ya que las únicas alternativas pasan por continuar haciendo que la crisis la paguen los que menos recursos tienen.
Los logros obtenidos en los últimos 100 años mediante las luchas de los trabajadores organizados por los sindicatos de clase, la negociación colectiva y los derechos laborales alcanzados con tantos esfuerzos, parece que se esfuman con la utilización de mecanismos de legislación puros y duros (Europa y los mercados internacionales lo imponen); sin que se produzcan procesos efectivos de negociación en los que las partes ceden y consiguen.
Y parece que es necesario apoyar mas moderación de salarios en los años 2012 y 2013, pero aunque la pretensión sea loable, nadie garantiza en este proceso de regresión y por tanto eliminación de derechos que, cuando pasen dos años, los trabajadores podrán ver repercutidos esos esfuerzos en sus salarios.
¿Cuántas empresas utilizarán la situación que se les ofrece a juzgar por las declaraciones del líder de UGT hoy en el diario Córdoba argumentando que no pueden pagar los salarios acordados en los convenios y con ello forzar nuevas negociaciones o imposiciones para abaratar el empleo? "El líder de UGT indicó que si hay una empresa que no pueda pagar los salarios pactados por convenio se podría abrir un proceso de negociación de manera excepcional, eso sí, recuperando ese convenio lo antes posible, de manera que la destrucción de empleo sea la última medida".

Mal que a algunos les pese, los sindicatos fueron, son y serán herramientas imprescindibles para garantizar los derechos de los trabajadores, por ello sus representantes necesitarán mucha suerte para que las decisiones que se tomen impidan la destrucción de su credibilidad.

Mucha suerte...

REDACCION POZOBLANCO OPINA